T.5. La divulgación científica para el público en general: la iniciativa individual
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| La divulgación y Greta Thunberg en la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas (2019) |
La divulgación informal en la época que vivimos es ciertamente dura y a veces infravalorada, ya que requiere grandes esfuerzos de síntesis y seguidamente se expone a una crítica muy fácil de tus preciados y elaborados resultados. Por ello, entre otras cosas, es una labor descuidada. Sin embargo, pienso que es muy importante, tanto por la parte del emisor como el receptor, llevarla a cabo y hacer llegar al público los nuevos avances más interesantes (tu propio trabajo, tu disciplina, la ciencia en general, el pensamiento crítico...)
En primer lugar, en beneficio del emisor, hay que decir que narrar un texto de divulgación ayuda notablemente a destilar ideas directas y prácticas que en tu "laboratorio mental" a veces se enquistarían y no brotarían. Y, en segundo lugar, es necesario desbancar los argumentos tentativos y falaces que se extienden como la pólvora en esta era de la posverdad. Podríamos decir entonces que la comunidad científica tiene una responsabilidad social divulgativa. No obstante, como decíamos estos impulsos a veces son frenados por el miedo a la crítica o por la falta de tiempo.
Por otro lado, no todos los "científicos" son necesariamente buenos comunicadores. La comunicación pertenece a otra disciplina distinta y no siempre se encuentran nexos entre ambas. En palabra de Miguel Durán "Pocas personas transmiten de una forma tan intensa y motivadora). Los principales intermediarios para estos casos son los medios de información, que como sabemos estos están marcados por la actualidad y por el reclamo de esta o la otra información del momento.
Por último, el consumo rápido de titulares y la sobreinformación en redes, no ayuda en absoluto al crecimiento de esta cultura. El reclamo de lo curioso, lo sorprendente, lo espectacular, lo divertido; lo morboso y el sensacionalismo. Cabe reflexionar un cambio de perspectiva en la recepción de la información científica, ya que en caso contrario la ciencia peligra de cerrarse en un mayor grado (si cabe) en círculos cerrados académicos, alejados de la praxis y dispuestos a anclarse en una reproducción continua de clase.
En cualquier caso, la divulgación "individual" o directa científico-público (a través de blogs, twitter u otras redes), aunque resulte la mar de interesante y ojalá continúe creciendo, me parece propia de una era de robots y está abocada a no ser sostenida ni coherente en el tiempo. Como hemos dicho, la ciencia y la divulgación no siempre van de la mano y no siempre hay tiempo. En palabras de nuestro profesor: "no todos todo, cada uno elige su perfil". La solución de mejora pasa entonces por fortalecer el vínculo entre disciplinas y por la organización social de alianzas científico-divulgativas, y no tanto por cargar en la iniciativa individual la labor divulgativa del estado de la ciencia (garantizada, por lo visto, en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Declaración de Derechos Humanos).

Hacen falta estructuras, claro... pero personas también ;-)
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